Los padres saben que sus hijos necesitan pasar tiempo al aire libre, pero no todos los padres son felices cuando sus hijos juegan con la tierra. Si tu hijo prefiere jugar en la tierra, rocas y mantillo en el patio de recreo antes que jugar en el tobogán y columpios, no os precupéis; ¡es bueno para su salud! Los estudios demuestran que ensuciarnos nos aporta salud y felicidad.
Si alguna vez te sentiste bien por jugar en la tierra, no fue solo tu imaginación. Un estudio de 2007 mostró que una bacteria específica del suelo, Mycobacterium vaccae, causa una liberación de serotonina, un neurotransmisor que nos hace sentir más felices.
Un nuevo estudio descubrió que jugar en la tierra puede prevenir el asma y las alergias promoviendo el desarrollo de macrófagos pulmonares (células que atrapan a los patógenos que se encuentran en los pulmones). El estudio también encontró que los ratones que se encontraban en un ambiente estéril no desarrollaron macrófagos pulmonares y desarrollaron asma. En este estudio, los ratones no tuvieron asma cuando los macrófagos se transfirieron a ellos.
Los científicos dicen que el sistema inmune está entrenado por la exposición en la primera infancia (3-4 años) a partículas extrañas. El estudio apoya esta teoría ya que la exposición a partículas extrañas fue necesaria para la formación de células (macrófagos) responsables de atrapar partículas extrañas en futuras interacciones. Sin los macrófagos, los irritantes causan reacciones alérgicas y asma en lugar de ser capturados y asesinados.
Graham Rook, profesor de microbiología médica en University College London, dice que debemos exponernos a nuestros "viejos amigos", los microbios con los que estuvimos en contacto durante los primeros tiempos de cazadores-recolectores, cuando nuestro sistema inmunitario estaba evolucionando. Se cree que nuestros "viejos amigos" son microbios "amigables" que encontramos en nuestra vida cotidiana, no patógenos infecciosos. Rook declara: "Si tu hijo ha estado en el jardín y viene con las manos ligeramente sucias, yo, personalmente, les permitiría entrar y comer un bocadillo sin lavarse las manos".
Los científicos coinciden en que la exposición temprana a los microbios es saludable, pero les preocupa que la confusión pública acerca de los microbios pueda conducir a más enfermedades. Sally Bloomfield, presidenta del Foro Científico Internacional sobre Higiene en el Hogar y profesora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, expresó su preocupación: "Incluso he visto cosas en los medios que dicen que no debemos lavarnos las manos. ¿De qué diablos están hablando?
A los niños se les debe enseñar la diferencia entre los microbios que causan enfermedades infecciosas, y los que se pueden recoger en público o tocando carne cruda, y los microbios beneficiosos que se pueden encontrar en la tierra o alrededor de la casa. Se ha descubierto que mantener un hogar limpio y limitar el juego al aire libre prohíbe la exposición necesaria a microbios beneficiosos. Estos estudios ponen en duda el significado de "sucio" y si la suciedad realmente se puede llamar sucia, después de todo.
Ya sabéis, dejar jugar a vuestros niños con la tierra, ¡serán más felices!