En el número 65 de la revista Agrocultura, podemos encontrar un artículo muy interesante sobre el uso del motocultor. Antes de nada, os recomendamos esta revista, que la podéis conseguir a través de la web Agrocultura.org. Volviendo al artículo, nos sorprende mucho que se defina el uso de esta herramienta como principal desestructuradora del suelo, la tierra.
La creencia de tener un huerto sin ningún tipo de hierba nos hace cómplices de nuestra lucha. Se ve que cuando removemos la tierra para sacar las malas hierbas, provocamos un movimiento en las semillas que hacen que salgan muchas más, esto parecen afirmar.
Con la calidad y la estructura de la tierra colaboran los gusanos con sus túneles, las raíces de las hierbas y plantas muertas, los microorganismos que hay, la textura de la tierra... todo queda fino y suave una vez pasamos el motocultor. Nos queda una superficie menos protegida de hongos, entonces nuevas hierbas arraigan y la tierra está más expuesta a la erosión por agua o viento.
Después de leer este artículo encontramos necesario hacer una reflexión, ¿Hay que racionalizar su uso y no hacerlo servir tan a menudo? ¿Está haciendo daño a la estructura de la tierra de mi huerto? Un grande cambio se puede notar con pequeños detalles.